Teresa Sapey, arquitecta e interiorista de procedencia italiana, nos cuenta como se involucra en sus proyectos, aportando su estilo particular y diferenciador. Desde lo efímero a lo residencial, consigue crear proyectos con identidad propia, espacios con sentimientos donde lo multidisciplinar se recrea de un modo sublime. Su vida personal y profesional le han ayudado a desarrollar este instinto, haciendo que sea una forma de vida.
¿De dónde procede tu interés y dedicación por la arquitectura y el diseño?
No sé exactamente de dónde procede, pero creo que viene de dentro, es intrínseco a mi persona. Mi vida personal y profesional me han ayudado a aprender y desarrollar este instinto.
¿Qué es la arquitectura para ti?
Para mí, la arquitectura es todo: es la vida. Construir, moldear, pensar, prever, es todo lo que me interesa, todo lo que nos interesa al ser humano tanto a nivel corpóreo como etéreo, a nivel físico como a nivel de pensamiento. La arquitectura es mucho más que un volumen.
¿Cómo fue tu primer proyecto? ¿Cómo han evolucionado tus proyectos desde entonces?
Mi primer proyecto fue la casa de la secretaria de mi padre. Me encantó. Fue magnífico. Ella vivía en un pueblo y me pagó con trufas porqué entrenaba a perros truferos, típico en Piamonte, de la zona de la que yo soy originaria en Italia. Me acuerdo con mucho cariño: ¡mis primeros honorarios fueron trufas blancas! No sé si mis proyectos han evolucionado, pero sí creo que ahora me siento y soy más libre. Pero uno evoluciona con la vida y con los clientes. Detrás de un buen proyecto siempre hay un buen cliente. ¡Es gracias a ellos que evolucionamos!
¿En qué te inspiras cuando realizas tus diseños?
Todo puede inspirar (o no). Pero hasta las cosas menos esperadas pueden llegar a inspirar. Inspiración es interpretar y observar nuestro alrededor.
Sabemos que tu estudio es algo peculiar, ¿podemos conocer su historia?
Yo me formé en Arquitectura y en Bellas Artes. Nuestro estudio es como un laboratorio creativo, una sastrería desde la que trabajamos a medida con nuestro cliente. Es un atelier creativo donde investigamos y exploramos, estudiamos, analizamos y diseñamos a todas las escalas, todo tipo de proyectos y productos. Somos un equipo multidisciplinar e internacional. Además, también está mi hija, que es mi socia, Francesca: dos mujeres y dos generaciones al frente del estudio ¡no podría estar más orgullosa! Y nuestro equipo, por supuesto, que es como una familia, al que apreciamos mucho. El espacio, es un antiguo tablado flamenco, creando un ambiente atípico y estimulante.
¿Qué proyecto te ha marcado más personalmente?
Seguramente el Parking del Puerta de América me ha marcado muchísimo, fue un momento de inflexión, de cambio, de evolución. Fue un cambio a 360º grados: cambié mi percepción de la realidad, de pensar, de reflexionar, de proyectar.
¿Cómo surgió el proyecto del parking Hotel Puerta de América?
Conocí al Consejero Delegado y sabía que en este proyecto iban a participar todos los grandes arquitectos y diseñadores y, claro, yo también quería formar parte de ese gran equipo junto con Norman Foster, Zaha Hadid, Jean Nouvel, Ron Arad, etc. Cuando le propuse mi participación, me dio a entender, que igual este proyecto quizás estaba fuera de mi liga. Y además añadió que no quedaban espacios para proyectar. Entonces le dije, de forma muy atrevida, ‘¿Y si encuentro el espacio?’. Y me dijo riéndose ‘Vale, pero no queda ninguno y dudo que conozcas el proyecto mejor que yo, no quedan ni los ascensores’. Entonces le dije ‘¿Y el parking quien lo hace?’.
¿Qué valores consideras fundamentales en una vivienda?
Primero entender quién va a vivir en esa vivienda. Y después para mí, elementos fundamentales son la luz y el saber aprovechar el espacio, a medida, para cada cliente. No solo para su presente, pero también para su futuro. Que el espacio, de alguna manera, pueda evolucionar junto con el cliente que lo inhabita. Es necesario que incluya zonas públicas, privadas y casi secretas. El volumen, a través de la luz y la sobra, que se traducen a color, materiales, texturas y acabados. Pero, sobre todo, para nosotros, es fundamental entender el ADN de quien va a vivir en él.
¿Qué materiales sueles utilizar en tus proyectos? ¿Qué sensaciones te transmiten?
No tengo material estándar. Los básicos son el color y la luz. Moldear el volumen. Me encantan las maderas y las piedras, pero también lo metales, las telas, los cueros. Todos los materiales son magníficos y hay que saberlos casar. Debe tener una historia después y no un muestrario. Uno de mis favoritos os confieso, desde luego, es la madera.
¿Conoces el material Obsidiana COMPAC? ¿En qué proyectos incluirías este material?
Sí la conozco, muy elegante. Espero poder usarla pronto en algún proyecto especial y diseñado a medida.
¿Cómo crees que ha cambiado la arquitectura después de 2020?
Más que cambiar me atrevo a decir que la arquitectura se adapta a su tiempo, a su época a su momento. La belleza de la arquitectura, como el hombre, es su gran poder de adaptación. Algunos cambios que se pueden mencionar son, por ejemplo, la revalorización de la casa y como la casa se ha transformado en ‘todo’ (colegio, oficina, restaurante, cine, gym, etc.). La vuelta de la entrada y el recibidor en las viviendas como separación entre público y privado, actuando como zona de higiene, por ejemplo. Hay muchos más.
¿Crees que las tendencias sostenibles están revolucionando el sector?
Evidentemente, pero siempre un buen proyecto ha sido sostenible, no solo ahora. Nuestro mundo, es nuestro libro de enseñanza. Mirando el mundo y respetando el entorno, se podrán hacer proyectos más sostenibles.
