Hablamos con Teresa Casas, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Decoradores y Diseñadores de Interior de España (CGCODDI) sobre la salud de la profesión o cómo ha cambiado con la globalización y las redes sociales. Analiza la relación entre interioristas y arquitectos y destaca cómo el diseño de interiores cada vez atiende más a valores como la sostenibilidad y la eficiencia.
¿Cuál es el estado de salud de vuestra profesión en España? ¿Y en Europa?
Nuestra profesión en España después de un largo periodo de crisis económica que nos afectó mucho, recupera con fuerza su presencia en la sociedad. El sector de la construcción se recupera y la demanda que se hace de nuestros servicios también se ve aumentada. El diseño de interiores se entiende como una profesión que da servicio a la sociedad y por tanto necesaria para que las personas vivan mejor en cualquier ámbito donde se encuentren. Ahora el usuario tiene una nueva visión sobre nuestra profesión. Tanto en España, pero sobre todo en Europa, los diseñadores de interior, hablan de espacios, de luz, de volúmenes, de necesidades y de respuestas funcionales. Los ornamentos, falsas modas y egos personales, se van desvaneciendo. La responsabilidad y compromiso con nuestro oficio es una prioridad.
Aspectos que antes no se valoraban tanto como la sostenibilidad, la eficiencia energética, el reciclaje, los residuos, la ergonometría, el valor de la personalización de los espacios interiores, interesan a Europa desde ya hace bastante tiempo y aquí en España también cada vez a más.
¿Cómo ha evolucionado la relación entre diseñadores de interiores y arquitectos? ¿Cómo es hoy en día?
La relación profesional del diseño de interiores con la arquitectura según mi propia experiencia creo que es sana, de trabajo conjunto y, salvo algunas excepciones, respetado. La imagen que se tiene de estas dos profesiones, a veces en controversia o duda hacia el diseño de interiores por parte de la arquitectura, creo que ya están superadas porque se han ido encontrando y en definitiva buscan el mismo fin. No entendemos la arquitectura que sirve al propio ego del arquitecto, sobre todo en fachadas que es lo que más visibilidad pueden darle, ni entendemos los interiores decorativos que también se han atribuido a muchos diseñadores de interiores, que buscan solamente lo ornamental, mediático y tendencial.
Si la arquitectura y el diseño de interiores están para resolver necesidades y dar soluciones cada uno desde su ámbito formativo y competencial, creo que sumamos trabajando juntos o al menos respetando nuestras actuaciones. En estos momentos, arquitectos e interioristas, podemos dar respuestas satisfactorias a la sociedad desde la voluntad de servicio y hacerlo con el sentido común, la honestidad y responsabilidad que se espera. La actitud es lo más importante en nuestras profesiones.
¿Cómo afectan las nuevas tecnologías y la digitalización actual a la disciplina del diseño de interiores?
Las nuevas tecnologías y la digitalización son herramientas muy importantes hoy en día para poder dar el máximo rendimiento a nuestros trabajos. Realmente en pocos años se ha dado un paso gigantesco en este sentido y ha costado a muchos ponernos al día con unas tecnologías que no paran de avanzar a un ritmo vertiginoso.
Es importante, al menos para mí, transmitir los primeros inputs en un papel. Es la respuesta directa de esos pensamientos iniciales a la hora proyectar. Pero indiscutiblemente después, damos una mejor respuesta tanto a los clientes como a los industriales que van a ejecutar las obras, ayudados por la informática y la digitalización, también la impresión 3D y otras tecnologías que se relacionan con nuestro sector.
Las redes sociales han cambiado muchísimo la profesión…
Las redes sociales han cambiado mucho a la sociedad y a nuestra profesión también. En positivo, dan a conocer el diseño de interiores haciéndolo más popular, más accesible y más necesario. En ellas, mostramos nuestros proyectos y somos más visibles a la sociedad.
Por el contrario, dar falsas informaciones de profesionales que no lo son, que no tienen una práctica honesta, dando una imagen distorsionada de lo que hace un interiorista, repercute negativamente en el usuario y confunde sobre lo que es la profesión.
En general, creo que las redes sociales bien utilizadas son herramientas actuales y con un futuro en la sociedad del siglo XXI, pero debemos aprender a gestionar y escoger cuáles son las que más nos convienen para mostrar nuestra profesión.
¿Hay una globalización en el diseño de interiores? Hablamos de globalización ya que cada vez estamos más conectados con todo el mundo. Podemos trabajar en todos los países fácilmente, importamos y exportamos materiales, objetos, tecnologías que se pueden adquirir y usar fácilmente en todas partes. Esto nos abre a un conocimiento en el sentido más amplio, pero lo más interesante para mí es que podamos aprovechar esta parte de la globalización que nos da la facilidad de conocer y movernos, sin dejar por ello de ser respetuosos con el lugar, con lo autóctono, con referencias a esas realidades tan diversas que hay en el mundo y que se tienen que preservar.
Nuestros proyectos pueden ser internacionales, pero en los lugares donde los desarrollemos no podemos obviar las características propias del lugar, del paisaje y su entorno. Si esto sucede tendremos casas, tiendas y oficinas clonadas y ya no importará si viajamos a un país u otro para conocer culturas diferentes porque en todas partes encontraremos lo mismo. Desgraciadamente está ocurriendo ya bastante este efecto y hemos de ser capaces de frenarlo para el bien de todos.
¿Podemos hablar de tendencias globales o cada vez más son más efímeras y locales?
Podemos hablar de tendencias globales, pero es cierto que esas directrices impuestas por los mercados, dan como efecto contrario que parte de muchos interioristas no sigan unas normas impuestas por unos cuantos. El interiorista en sus proyectos tiene que primar más la actitud y el sentido común, dar longevidad a los espacios, resolverlos con materiales nobles, con soluciones serias que respondan a necesidades. Según qué tendencias obedecen más al markting que otra cosa. Hemos de buscar el equilibrio entre lo mediático y lo auténtico.