Arquitectura

RSC y arquitectura: Plantar árboles para compensar el impacto en el medio ambiente

Por 31 agosto, 2018 Sin Comentarios

Cada día los humanos generamos impacto en el medio ambiente o lo modificamos. Es cotidiano, tanto con nuestras pequeñas rutinas diarias personales en el hogar y en la calle, como mediante nuestro sistema de producción económico. Al respecto de lo segundo, pocos sectores escapan a esta realidad, bien mediante el uso directo o alteración de un entorno, el uso de recursos naturales o la emisión de CO2. Sin embargo, está en la decisión de cada individuo o entidad el mirar atrás en el camino y borrar las huellas que ha dejado para que no se note su paso, o dejar esa impronta para la posteridad.

La arquitectura y el diseño, son profesiones que no quedan al margen, bien por las empresas auxiliares que les suministran materiales y productos, o por las modificaciones directas que hacen de un espacio común. ¿Cómo compensar al planeta los efectos secundarios de nuestra actividad profesional y aprovechamiento de los recursos naturales? A la cultura del reciclaje y la elaboración de productos biodegradables, se pueden sumar actuaciones directas por parte de las empresas a través de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC).

Reforestar a través de una asociación

En 1991 nació en Madrid (España) la asociación sin ánimo de lucro Reforesta que desde su fundación ha posibilitado a muchísimas empresas de diversos sectores cumplir con sus compromisos adquiridos en su RSC con el medio ambiente. Como explican desde la entidad, todo empezó con un primer proyecto con una multinacional de energía que arrancó en 1993 y que finalizó hace tan solo un año, con el que se ha acercado la educación medioambiental a más de 140.000 estudiantes. En todo ese periodo de tiempo la asociación ha organizado diferentes actividades a medida para corporaciones, como el voluntariado para empresas.

“Uno de los problemas de la educación ambiental es que los adultos han quedado al margen”, explica Miguel Ángel Ortega, de Reforesta. “La gente no tiene tiempo con el ritmo actual de vida, y los mensajes que recibe continuamente le piden cambios de hábitos, lo que genera muchas resistencias”, apunta. Es por ello que en las empresas esta asociación encuentra una forma de llegar a ese público adulto, al que durante las actividades se le forma en el respeto por el medio ambiente.

Una vez recibida la solicitud de una empresa, Reforesta elabora una propuesta dependiendo entre otros factores de la época del año y el número de participantes, dado que por ejemplo la reforestación solo se puede realizar a finales de otoño y en invierno. Así, en una fecha indicada los trabajadores de la empresa participan como voluntarios en reforestaciones, en su mantenimiento, en la limpieza de espacios naturales , así como en la construcción de charcas para anfibios o refugios para otras especies. “Además si se realizan en fin de semana muchas veces participan los familiares de los trabajadores, incluso los niños”, cuenta Ortega.

Las empresas aportan el coste de la actividad que se realiza e incluso pagan el mantenimiento de las zonas reforestadas posteriormente. La asociación, que ahora mismo trabaja en unos 15 emplazamientos, explica que en las actividades se realiza una labor de educación medioambiental, informando a los participantes sobre la conservación de los espacios naturales y los valores naturales. “Muchas empresas repiten y se nota que hay un erial de información y conocimiento medioambiental. Los voluntarios se sorprenden y muestran ganadas de aprender”, explica Ortega.

La entidad también posibilita que las empresas financien algunos proyectos y cuenta con la iniciativa “Regala un árbol”. Las empresas pueden entregar como obsequio corporativo una tarjeta-regalo por ejemplo para Navidad. Por cada tarjeta, la asociación plantará un árbol.

30.000 pinos contra el CO2

En el ámbito de la arquitectura y el diseño de productos, COMPAC Surfaces cuenta con una arraigada cultura de la RSC con el objetivo de contribuir activamente a la mejora social, económica y ambiental del entorno. La acción más destacada en el ámbito medioambiental por su visibilidad es su programa de reforestación en la fábrica con la que cuenta en Abrantes, en  Portugal. Allí la empresa inició en 2003 la plantación de árboles dentro de las parcelas en las que se encuentran las instalaciones, concretamente en una superficie de 54 hectáreas. El objetivo: compensar las emisiones de CO2 producidas durante el transporte de los productos a su destino y del que se realiza para la recepción de las materias primas. En 2012 COMPAC continuó con la reforestación, alcanzando la cifra de 30.000 pinos autóctonos plantados en los citados terrenos.

A esta iniciativa se suma el uso responsable del agua, pues en su fábrica de España cuenta con un sistema de recogida y almacenamiento del agua de lluvia para su uso en el proceso industrial. Toda el agua utilizada en la fábrica se trata en una depuradora propia de COMPAC, y posteriormente se vuelve a incorporar al circuito para su uso. COMPAC no emplea el agua de la red pública para compensar las pérdidas en los lodos o en la evaporación, y las extrae de recursos hídricos subterráneos y del agua pluvial.

En esta estrategia de respeto por el medio ambiente, también se puede incluir el uso de energías limpias,  o las auditorías energéticas para mejorar la eficiencia que realiza COMPAC Surfaces, así como el uso de sistemas de climatización centralizados en detrimento de los individuales, y la adquisición de equipos electrónicos de bajo consumo.

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