El deporte, además de incorporar unos valores propios más allá de la competición, favorece la creación de espacios para practicar diferentes disciplinas, desde el prisma de la élite o desde el amateur. El mundo profesional es el que, fruto de la inversión pública o privada, a priori ofrece más opciones para desplegar una proyección de talento. En muchos casos, lejos de los límites de lo que hubiese podido imaginar el ser humano antes de que la evolución de materiales y de ingenio acapararan el punto que atravesamos en este tramo del siglo XXI.
Talento, ingenio, perspicacia, creatividad, valentía o ruptura con lo establecido, más allá de lo físico, por el imaginario colectivo permiten levantar recintos deportivos como los que recopilamos en este artículo a modo de ejemplos significativos. Desde clásicos modernos hasta realidades que marcarán la tendencia de los próximos años. Referencias insólitas, funcionales, sostenibles y bellas de nuestro entorno.
Una nave industrial convertida en centro de actividades callejeras
La primera parada de la averiguación la realizamos en Viborg (Dinamarca). El polideportivo Game Streetmekka Viborg sorprende a simple vista por su diálogo básico con el ámbito en que se enclava. Fue merecedor de una mención especial en la última edición de los premios del World Achitecture Festival, celebrados en Amsterdam.
El complejo, asentado en dicha ciudad danesa, es obra del estudio Effekt, por el que ha recibido numerosos reconocimientos además del señalado. Ocupa una superficie de 4.000 metros cuadrados en una parcela de 6.000 metros y está abierto a actividades multidisciplinares. Es un proyecto pionero sobre cómo dar nueva vida a una de las muchas naves industriales vacías de Viborg. En este caso, la de una antigua fábrica de molinos de los años 60 transformada en casa de cultura para deportes, cultura y arte callejeros.
El edificio industrial original era opaco y de escaso interés más allá de su propia función. Ahora se transforma en un espacio cubierto que se abre al exterior. Además, queda envuelto con una piel que le confiere, a la vez, el aspecto de edificio ligero y acogedor que destaca en su entorno.
La catedral del fútbol
Cambiamos el foco del deporte urbano o callejero y lo ponemos en el deporte rey, el fútbol. Encontramos muchas joyas del diseño que han significado una evolución en la concepción misma del diseño de este tipo de estructuras. Una de estas joyas es el Estadio de San Mamés. Ubicado en Bilbao (España), también se hizo acreedor del World Architecture Festival en su edición de 2015, celebrada en Singapur.
Obra del arquitecto César Azcárate. Además de en la impactante y moderna estructura del estadio, el arquitecto centró la singularidad de la denominada catedral del fútbol español en la complejidad que significó levantarlo mientras se mantenía el viejo. El profesional focalizó la funcionalidad de su obra en la seguridad del espectador por encima incluso de la comodidad.
Arquitectura pasiva y regeneración urbana
“Un proyecto socialmente transformador, que reordena una finca deprimida y da un nuevo corazón al barrio. Un uso sobresaliente de recursos con un espíritu sostenible y un lugar mágico para disfrutar”. De esta forma tan contundente se expresó el jurado de los premios internacionales mencionados, en su última edición. En ella se concedió al Polideportivo Turó de la Peira -asentado en el distrito Nou Barris de Barcelona (España) y obra de Anna Noguera y Javier Fernández– el premio global en su categoría de edificio integrado de carácter deportivo.
El recinto abre un nuevo espacio y da oxígeno a un área deprimida de zonas verdes y carente hasta 2019 de un enclave de estas características. Esto marca un antes y un después en su ubicación bajo los conceptos practicados por sus impulsores. Basados en: la regeneración urbana, la arquitectura pasiva y la integración volumétrica de una estructura verde en el barrio. La madera es el elemento principal de toda la construcción, cuya huella ecológica es cero. La propia Noguera se refiere a su aspecto sostenible “como parte intrínseca del proyecto y vamos a seguir evolucionando en esta línea».
Tenis de diseño en la azotea
Pasamos al otro lado de la frontera española con Francia hasta llegar a París. Sin llamar mucho la atención ni en las guías turísticas ni ante los ojos de viandantes que desconozcan la existencia de este tesoro tenístico, encontramos las pistas del Club de Tenis de la Cavalerie. Le Tennis es como lo denominan los escasos 150 socios privilegiados que usan estas instalaciones. Se encuentra en una azotea, en el séptimo piso de un edificio de estilo Art decó construido en 1924 en la calle que da nombre a esta institución deportiva.
Obra del famoso arquitecto de la década de 1930 Robert Farradèch. El club se ubica en el límite entre el distrito 15 y el 7. Junto a la plaza de la Escuela Militar, entre la Torre Eiffel y los jardines del Trocadero. Además de una estructura traslúcida de madera y una cúpula con terrazas, los tenistas y los socios disfrutan de vestuarios de época. Y, desde su magnífica ubicación para practicar el deporte de la raqueta, de unas vistas impresionante de todo París.
Natación nipona
Una de las joyas que reserva la capital de Japón para la celebración de sus Juegos el próximo año por al aplazamiento sufrido por la crisis sanitaria de la Covid19, es el Centro Acuático de Tokio 2020. Un enclave recién terminado esta primavera y que está diseñado para acoger a 15.000 espectadores.
Situado a orillas de la bahía de Tokio, albergará las pruebas de natación, clavados y natación sincronizada. Destaca por un aspecto exterior tan sobrio como funcional. Las mismas virtudes de las que hace gala en su interior. De hecho, gracias a una pared modulable, su piscina principal de 50 metros puede ser convertida en dos, separadas por 25 metros cada una. La profundidad de las piscinas también es ajustable. El proyecto ha significado una inversión de 470 millones de euros. De hecho, la ciudad de Tokio prevé amortizarla tras los JJOO con la organización de otros eventos internacionales en los próximos años.
