Hay arquitecturas que son auténticas piezas de arte gracias a las emociones que causan. Arquitecturas que inspiran y que nos trasladan a un espacio y tiempo determinado. Un ejemplo son las tradicionales casas payesas. Se han ido modificando para adaptarse al estilo de vida actual. Y, además, sin perder su verdadera esencia, donde la sencillez se convierte en belleza.
Iniciamos un recorrido del modo en el que la estructura y materiales de la arquitectura ibicenca, ha fluido hasta nuestros días para ser entendida como un estilo de vida que va más allá de la arquitectura.
Formando parte del paisaje, la urbanidad más ancestral, se integra y respeta el medio en el que convive. Mantiene su horizontalidad y adaptación a los elementos circundantes.
Siempre están organizadas alrededor de un espacio principal. El crecimiento del hogar tradicional ibicenco se caracteriza por sus grandes muros blancos, techos planos y pequeñas ventanas. Además, como en el caso de otras casas de origen tradicional, la arquitectura balear es orientada al sur como medida de climatización y ventilación.
La proyección filosófica del hogar pitiuso.
La sencillez propia que caracteriza a este tipo de construcciones es entendida como una filosofía hacia la conciencia plena (mindfulness). Una clara conexión con el momento presente. Se desarrolla desde el inicio de la arquitectura pitiusa por familias rurales. Estas familias proyectaban el hogar de dentro hacia afuera. Lo lograban creando una primera estancia que se amplía en función de las necesidades.
El origen de estos distinguidos hogares fue transmitido de generación en generación. Se realizó mediante la composición de un conjunto de módulos unidos entre sí, con morfología cúbica. Siendo así, capaz de integrarse con otros módulos futuros en función de la necesidad de la familia.
De tal modo, la construcción se iniciaba con un elemento simple como el cubo de pequeñas dimensiones. A partir de ahí se extendía como la propia vida. Hacia un futuro incierto de infinitas posibilidades.
Así la funcionalidad arquitectónica de los hogares de la isla se vuelve insuperable. Y, al mismo tiempo que su estilo minimalista invita a vivir el momento presente.
El respeto al medio desde la virginidad de los materiales.
El reduccionismo propio de esta tradición arquitectónica, se desarrolla en torno a lo que el propio medio natural ofrece. Así, los principales materiales empleados para la construcción de la arquitectura ibicenca tradicional, se reduce a lo que la naturaleza le proporciona.
Piedra, madera, tierra o cañas eran los principales materiales empleados para proyectar de un modo puro y literal, hacia elementos tangibles.
Sin embargo, también se trabajaba con sencillos procedimientos. Como, por ejemplo, la técnica de la cal o el yeso. Una técnica que proporciona el cromatismo plano en blanco, tan determinante y propio del estilo ibicenco.
De tal modo, cielo y tierra se juntan visualmente con el mar mediterráneo. Devuelven, así al paisaje una sensación de equilibrio pleno mediante la ausencia total de ornamentación.
Morfologías pitiusas para conectar con el presente.
La morfología propia de la organización del hogar payés, carece de todo ornamento para reducirse al protagonismo más puro de la función del hogar. Geometrías elementales de corte recto delimitan la estructura propia. Para sintetizar, así, en forma de cubo, los diferentes módulos adjuntados a la proyección inicial del espacio principal, sobre el que brotarán raíces futuras.
Las dimensiones concentradas, limita la apertura de vanos en puertas y ventanas que se caracterizan por el dintelado de madera vista.
Sin embargo, más allá de lo rectilíneo, la morfología que respeta al material empleado en la construcción de estas estructuras, forma mágicas irregularidades. Estas irregularidades pueden ser vistos en la actualidad, como una concentración de vida artesana que nos devuelve a la marcada filosofía del presente.
La contemporaneidad de la arquitectura ibicenca.
Más allá del significado propio de la construcción arquitectónica de estos hogares rurales, en la actualidad la tradición ha marcado una fuerte inspiración. Grandes estudios de diseño y arquitectura, quienes han seguido proyectando, una manera de vivir la vida en esta isla de ensueño.
El estilo ibicenco sigue siendo una tendencia de hogares contemporáneos. Algunos arquitectos como Marià Castelló, o el estudio The Nieuw, ofrecen una arquitectura contemporánea que retoma la tradición pitiusa llevándola hacia la elegancia.
La adaptación ha comportado un cambio significativo en los materiales y estructura inicial. Además, el concepto otorgado a la arquitectura y la decoración de estilo minimalista ibicenco, perdura más allá de los límites isleños baleares, para adentrarse incluso en las grandes urbes.
En cuanto a los elementos adoptados por la arquitectura y diseño de interiores contemporánea, la naturalidad y simpleza propia de la tradición, se extiende a la integridad cromática en blanco. Mientras, la naturaleza virgen y salvaje es devuelta a los proyectos actuales. Sucede a través de una decoración con materiales con un efecto de mínimo tratamiento humano.
La pureza del blanco devuelve la calma al hogar, transmitiendo a quien habita, una sensación de pulcritud. Este cromatismo se rompe con pequeños toques de la gama añil o turquesa. Así, favorece la dependencia que el Mar tiene en la isla pitiusa.
La decoración se caracteriza por la inspiración de los elementos orgánicos con maderas poco tratadas, mimbre, fibras vegetales o barro. Este último material se ofrece en el estilo ibicenco para pavimentos inferiores. De esta manera, aporta una sensación de armonía plena con el resto de la estancia.
Así, lo contemporáneo se sumerge de manera sublime en una sensación de naturalidad y adaptación al medio que invita a vivir el presente. Se crea, así, una percepción de conciencia plena tan necesaria y en boga en la actualidad. De este modo, los hogares se conectan con la tradición. Y, admeás, generan una vibración que invita a diseños de arquitectura e interiorismo. Invitan también a recrear una cultura que impulsa a la introspección. Inspirando, desprendiendo y conectando con un espacio y tiempo concreto.