El estudio de diseño Nagami, fundado por los españoles Ignacio Viguera Ochoa, Manuel y Miguel Ángel Jiménez García, propone la unión de la impresión 3D y la fabricación robótica a gran escala para crear productos únicos y customizables. De la mano de grandes diseñadores internacionales, el estudio combina la creatividad y ergonomía con la complejidad estructural de los diseños matemática y morfológicamente.
A partir de la utilización de la impresión 3D como herramienta de fabricación, Nagami explora el futuro del diseño a través de nuevas tecnologías constructivas y materiales. Este tipo de fabricación permite concebir formas estructurales caprichosas y complejas, concediendo mayor libertad creativa para los diseñadores.
Comenzaron su incursión en el diseño industrial con la fabricación de un producto que permite integrar las morfologías más innovadoras: la silla. Históricamente, la silla es un producto muy utilizado como experimento morfológico dentro del diseño industrial para combinar estética y funcionalidad.
El primer prototipo desarrollado por Miguel Jiménez García y Gilles Retsin, con el apoyo técnico del estudio Nagami, fue la silla Voxel creada para la exposición “Imprimer Le Monde” en el Centro Pompidou de París. Esta silla está conformada por una única línea continua de 2,4 kilómetros y es el resultado de la experimentación con un software de diseño específicamente programado para una impresora 3D robótica, desarrollado por el estudio junto con el UCL Design Computation Lab de Londres.
Con la tecnología a su favor, el estudio contactó con distintos diseñadores de renombre para presentar en el Salón del Mueble de Milán de este año una serie de sillas de diseño impresas en 3D. La serie “Brave new world: re-thinking design and large-scale robotic 3D printing” contaba de cuatro sillas impresas en material plástico PLA biodegradable que puede ser teñido en diferentes tonalidades.
Silla Robótica TM
Diseñada por el británico Ross Lovegrove, esta silla presenta inspiración en la naturaleza y en su tecnología robótica. Por su estructura a 360°, no es leída inmediatamente como una silla sino como un objeto estético decorativo, y deja al usuario descubrir su función. Puede utilizarse como banco, mesa o como una escultura decorativa para el espacio, el objetivo fue la creación de un objeto único y variable que enriquece el espacio en el que se ubica. A partir de este objeto, Lovegrove quiso incorporar su diseño al mercado, compitiendo con las grandes marcas de mobiliario en cuanto a diseño creativo, precio y calidad.
Sillas Bow y Rise
Patrick Schumacher, director principal de Zaha Hadid Architects, le da vida a estas dos sillas de diseño. Inspiradas en formas de la naturaleza y aprovechando todas las capacidades técnicas del material y su construcción, el estudio incursiona en el diseño 3D y la experimentación morfológica mediante objetos de menor escala.
La inspiración en la naturaleza es un tema recurrente en el diseño de mobiliario de impresión 3D, ya que el material tiene la flexibilidad para imitar las formas orgánicas e integrarlas en objetos funcionales. A través de sus diseños, Schumacher quiere resaltar la relación del mobiliario con su entorno y mediante la tecnología aplicada, otorgarle versatilidad, transparencia y liviandad a un objeto complejo y de diseño.
Silla Peeler
La última silla de la serie es la diseñada por Daniel Widrig, componiendo una morfología que integra los tres campos en los que normalmente se desarrolla el diseñador: escultura, mobiliario y moda. Su silla, impresa en plástico de 7 milímetros de grosor, contiene una forma ergonómica que se asemeja a las curvaturas del cuerpo humano. Combina la ergometría del usuario por su función y la del robot que la crea por su morfología, fusionando ser humano y máquina en un mismo producto.
Sillas propias del estudio
El diseñador y co-fundador del estudio Nagami, Manuel Jiménez García, también realiza un diseño de sillas con tres modelos que la marca comercializa en su sitio. Inspirados en la naturaleza, estos objetos pretenden investigar en profundidad las posibilidades tecnológicas y de material que presenta la impresión 3D robótica.
Concebida como una única membrana que esconde una estructura interna orgánica, la silla Nobu presenta al mismo tiempo estabilidad por su cuerpo externo y flexibilidad en su núcleo interno. Por otro lado, la silla Estrat se inspira en la composición de cristales minerales mediante líneas anguladas que ayudan a generar la compleja estructura, a la vez que provee funcionalidad. Su morfología se lee como una sola línea que se va doblando en si misma y construye la silla.
Una adición más reciente al estudio es la silla Ogonori la primera chaise-longue de la marca, creada junto con el diseñador británico Gilles Retsin. Su estética es similar a la primera silla que hicieron juntos, la Voxel, que investiga las estructuras complejas compuestas por varios módulos más pequeños conformados a partir de una línea única.
El estudio español sin duda continuará su experimentación para alcanzar el máximo potencial de esta tecnología. Mediante morfologías orgánicas y complejas, exigen al material y la técnica para alcanzar nuevos niveles de creatividad y diseño funcional.
La fusión de diseño de vanguardia con tecnología contemporánea, generan elementos de gran interés visual y que expanden las posibilidades de una tecnología constructiva que asciende cada día.
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