Gabriel Verd es un arquitecto con amplia experiencia en el diseño de escuelas. Charlamos con él sobre las claves para la creación de estos espacios.
¿En qué proyecto o proyectos estás trabajando en estos momentos?
Estos cuatro últimos años están siendo de locura, en el buen sentido. Desde nuestros inicios desarrollábamos aquellos proyectos que íbamos ganando a partir de concursos públicos, los encargos privados eran escasísimos y de pequeño tamaño. Esta vía de encargos nos hizo salir siempre de la “zona de confort”. Cada proyecto que se conseguía era fruto de la competición y la razón de plantear opciones originales o distintas sólo podía tener dos resultados… o perder o ganar el concurso… si se ganaba, si se construía o no dependería de más factores.
A partir del cambio de ciclo la mayoría de las obras que estamos llevando a cabo son privadas y es precisamente esa forma de plantear proyectos originales por los que estamos teniendo tanto éxito con nuestros clientes. Nos hemos adaptado muy bien al cambio de ciclo, en 2015 Gabriel Verd Arquitectos y Buró4 se unieron para compartir experiencias, equipos y talentos. Esta alianza permite la acumulación, como bagaje para la nueva singladura, de la experiencia de ambas trayectorias, donde la calidad en el diseño, el urbanismo responsable, el compromiso con la sostenibilidad y dar la respuesta óptima que el cliente reclama son los pilares en los que se sustenta esta alianza.
Actualmente estamos realizando unas 1.000 viviendas en promociones por toda Andalucía, también estamos desarrollando equipamientos hoteleros, planes urbanísticos, residencias de estudiantes, iglesias… En Madrid, Barcelona y la costa levantina estamos realizando varios equipamientos docentes.
Muchos de tus trabajos están enfocados a la vivienda y las escuelas. ¿Qué te lleva a ello?
Siempre nos ha interesado mucho la escala doméstica y estamos cómodos con este tipo de proyectos, fueron además los primeros proyectos que hicimos… entonces la administración pública se prodigaba en este tipo de concursos.
Tanto la vivienda social como los colegios públicos son proyectos en los que uno debe ser preciso tanto en el programa como en su presupuesto. Son piezas de un tangram que hay que cuadrar perfectamente para que este tipo de proyectos puedan llevarse a cabo. Cuando se trata de proyecto privados los parámetros cambian y se amplían las posibilidades. En los públicos se trata alcanzar unos mínimos y en los privados, alcanzar máximos.
Y es curioso que estando las ciudades formadas principalmente por viviendas sea el tema del que menos se enseñaba en la Universidad cuando era estudiante. Años después, como Visiting Proffesor en la Facoltà di Architettura di Cagliari (Italia) la vivienda social fue el tema central que impartí durante varios cursos.
¿Cómo han de construirse hoy en día las escuelas? ¿Hay un elemento indispensable?
Decía Siro López en su libro “Esencia” que “el edificio de una escuela, al igual que el educador, necesita de un ingrediente: la pasión”. Por tanto, como arquitectos y parte del proceso de creación de una escuela, no podemos hacer de éstas meros contenedores de niños. Las escuelas deben responder y adaptarse a las necesidades de toda la comunidad educativa, alumnos, profesores y padres. Deben adaptarse a un contexto determinado (social, geográfico, económico…), no puede ser lo mismo proyectar una pequeña escuela rural que otra en un barrio de una gran ciudad. Muchas de ellas reflejan el ideario de la comunidad que las promueve… no puede haber una escuela igual que otra.
¿Y las del futuro? ¿Hacia dónde va el diseño de espacios educativos?
Deben ser lugares de encuentro, inspiradores, propicien la motivación, la escuela debe trascender el mero uso docente y transformarse en elementos dinamizadores de ciudades,que trasmitan valores como la trascendencia, la solidaridad, la paz y la justicia. María Montesori decía: “no es la educación o el método o el sistema educativo lo que debe preocupar, sino el ‘niño’ mismo”.
Comentaba Sofía Costas , la psicóloga y directora del colegio Santo Ángel de la Guarda de Sevilla, que las aulas deben ser versátiles, llenas de luz y color, espaciosas y flexibles, cómodas para potenciar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Donde tenga cabida la creatividad, el conocimiento y capacidad de reflexión. Espacios que fomenten un clima de convivencia que propicie la confianza para que los niños libremente den rienda suelta a la creatividad. Deben ser espacios flexibles, que pueda adaptarse a cambios tecnológicos y pedagógicos (trabajo cooperativo, proyectos integrados…), que potencien el espíritu crítico, la cultura de pensamiento, las habilidades sociales, la autoestima y capacidad de liderazgo… pero sobre todo que sean espacios vivos y con alma.
¿Dónde buscas la inspiración a la hora de abordar un proyecto?
Difícil pregunta… el oficio de arquitecto te acompaña las 24 horas del día, hay mucho de estudio e investigación, un buen equipo humano, saberte rodear de personas que saben más que tú… una buena biblioteca es fundamental y sobre todo trabajo y más trabajo.
Cierto profesor de Arquitectura me comentó una vez que a un arquitecto se le conocía por los referentes que se podrían encontrar en su biblioteca y alguien una vez me dijo que los músicos de jazz no improvisan, sino que son conocedores de miles de composiciones que fluyen libremente cuando están interpretando. Algo parecido nos pasa a los arquitectos, hay mucho de proceso creativo, obviamente, pero al que después, como en un juego de Tetris, hay que ir encajando todas las piezas de presupuesto, requerimientos técnicos y un sinfín de normativas. La gracia está en encajarlo todo de forma eficiente y sin dejar huecos en medio.
Pero la inspiración no sólo viene de la arquitectura, llega por la familia (mi mujer y mis hijas), las vivencias de viajes, la conversación con el cliente u otros compañeros. Con el tiempo aprendes a escuchar, a formular las preguntas precisas, aprendes de los errores. Tener una visión crítica de las cosas ayuda mucho, no darlo todo por válido y replantearte ciertas cuestiones para alcanzar soluciones originales y a veces tienes la suerte y te visita la “musa”.
¿Crees que hay una tendencia de arquitectura global en la actualidad?
Creo que actualmente es más fácil identificar tendencias por áreas geográficas o arquitectos en concreto más que en estilos propiamente dicho. Todo es muy ecléctico. El tiempo le pondrá un nombre al período actual que estamos viviendo, eso siempre pasa, nos falta la perspectiva que proporciona el tiempo. Dentro de unos años podremos responder sin ninguna duda. Hace unos años en los que los canales por la que nos llegaba arquitectura se reducía prácticamente a las revistas especializadas. Podíamos entonces distinguir tendencias según una u otra línea editorial. Actualmente, aunque aquello sigue existiendo, la irrupción de las plataformas digitales ha abierto mucho más el abanico y ahora podemos tener acceso con más facilidad a creaciones arquitectónicas de cualquier parte del mundo y de forma inmediata.
