Los felices años 20. Pocas décadas han dejado un imaginario colectivo tan potente en la sociedad occidental. Años locos retratados por Fitzgerald en los que el jazz era la música que reinaba en abarrotados clubs que buscaban cualquier artimaña para hacer frente a la Ley Seca en la gran potencia americana. Años en los que Europa exportaba nuevas formas artísticas revolucionarias que cuestionaban todas las formas de expresión. Días de grandes hitos, en los que Chaplin regalaba esas carcajadas que dejaron de resonar con la Gran Depresión y los posteriores años oscuros de la Segunda Guerra Mundial.
Ha quedado ese recuerdo, grabado a fuego por el cine y la literatura, que va inevitablemente ligado a un estilo artístico cuya fuerza resuena todavía hoy y es pieza de museo: el Art Déco. Su sabor, ambiente, las texturas, todavía hoy sirven de inspiración a artistas y diseñadores. Es el caso de Bámbola Bar en Valladolid (España), que ha querido inspirarse en este universo del que se cumplirá en breve un siglo, en sintonía con una tendencia que gana adeptos en Europa.
El proyecto ha sido desarrollado por Guillermo Ortega y Ruth Santos de Doos Interiorismo, en el que se ha apostado por mezclar materiales y texturas: cobres, bronces, latones, dorados, terciopelo, molduras y cuarzo. El estudio ha incluido en este espacio lámparas y sofás de conocidas marcas como Tom Dixon, Almerich Lighting y Sancal, pero también ha apostado por diseños propios materializados en la contrabarra retroiluminada con formas geométricas a base de círculos y hexágonos.
Doos Interiorismo se define por su forma innovadora de trabajar, su uso de tecnologías y 3D, la calidad de sus propuestas, el cuidado por el detalle, la exclusividad, personalización, confianza y su vocación de llave en mano. Su lema, inspirados en las palabras del maestro Jorge de Oteiza, es “El espacio se piensa”. El estudio trabaja en países como España, Alemania, Bélgica y Portugal.
Un jardín en el baño
Uno de los espacios más sorprendentes de este establecimiento es el baño, en el cual se ha instalado un jardín horizontal en el techo. Dos espejos de marcadas formas geométricas en colores dorados da un toque de distinción a este lugar de tonos oscuros. En la zona principal del establecimiento cabe destacar el techo de cristal envejecido, la decoración con plantas, plumas de pavo real, para naturalizar el ambiente, o la inclusión de un espejo picado que da sensación de altura y de mayor espacio.
Respecto a los colores empleados, son muy importantes los colores azul marino, y los negros que también aporta el cuarzo Unique MarquinaTM de COMPAC en la barra y las mesas de todo el local. El cuarzo tecnológico es perfecto para este tipo de superficies tanto por su resistencia a este tipo de uso como por la posibilidad que ofrece de modelado, pues siempre ofrece el trazado natural de las vetas. Los azules en las paredes contrastan con los dorados muy presentes en luminarias, decoración y soportes, y con los tonos cálidos de los textiles del mobiliario y la madera. El cuidado diseño también llega a los elementos como las cartas y la rotulación, integradas perfectamente en este concepto Art Déco que se está convirtiendo en una tendencia al alza en Europa en locales de este tipo.
Según explican desde el estudio Doos Interiorismo, “cuando llegó este proyecto a nuestras manos, fue un reto para nosotros trasladar todas esas tendencias que veíamos fuera de Valladolid y nos estaban apasionando a un sitio tan mítico en la ciudad como el local de La Uni”, indican refiriéndose al anterior local en el que ahora han creado este espacio. “Ahora que ya está terminado, si tuviéramos que definir este espacio lo resumiríamos en los mejores materiales, la apuesta por calidad y diseño, funcionalidad y elegancia”, apuntan.
me encantó
Gracias por tus palabras, Gerardo. ¡Nos alegra leer que te ha gustado!