Más allá de la evidente complejidad que tiene la arquitectura, en la actualidad se busca entender el diseño arquitectónico como una herramienta indispensable para la sociedad. Gracias a la arquitectura, se tiene la oportunidad de comprender y aprender un contexto actual marcado por la ecología, la sostenibilidad y el respeto del medio ambiente.
La construcción de espacios dedicados a preservar la naturaleza se entiende como mucho más que un fenómeno turístico o de ocio. Se eleva el número de grandes ciudades que se implican con el cambio climático. Creando, así, proyectos arquitectónicos que se convierten en una interacción educacional con la naturaleza. Desde bioparques, jardines botánicos u oceonarios.
En el caso de los oceonarios se fomenta el conocimiento de la naturaleza marina. Un ecosistema del que depende la naturaleza de la tierra. Esta interesante protección de los océanos viene acompañada de una difícil construcción técnica del propio edificio. Se debe a cuestiones como las presiones del viento o las cargas de fuerzas aplicadas en las paredes de los cristales de vidrio.
Un gran ejemplo de ello lo encontramos en el Acuario Nacional de Dinamarca, diseñado por 3XN, ganador del Premio de Display Award en el Festival Mundial de Arquitectura 2013 (WAF). Este impresionante acuario conocido como The Blue Planet, aúna un significado evocador junto a una depurada técnica.
The Blue Planet, Acuario Nacional de Dinamarca
En Copenhague, capital de Dinamarca se sitúa este sublime espacio impregnado de referencias visuales y evocativas. Tiene el objetivo de salvaguardar el medio marino. Inaugurado en 2013, The Blue Planet es el acuario más grande de Europa y está diseñado por 3XN Architecs, estudio fundado por el arquitecto Kim Herforth Nielsen.
Con una superficie de 9.000 m2, el Acuario Nacional de Dinamarca mantiene un interesante concepto arquitectónico que invita a explorar el edificio de un modo inmersivo. La morfología que mantiene en vista aérea se asemeja a un potente remolino natural que se asocia a las corrientes marinas y el movimiento de un cardumen de especies como peces y bandadas de aves.
Así, la marcada morfología de esta arquitectura hace referencia a una conexión entre la propia naturaleza marina y terrestre, de la misma manera que las aguas circundantes se conectan con el propio edificio.
A nivel del suelo, el edificio se aprecia orgánico, dinámico y flexible. Esto consigue proporcionar una sensación de flote, potenciada mediante el reflejo del agua circundante en las piezas de aluminio que recubren la fachada.
Estructura, técnica y construcción
La complejidad de construir un proyecto técnicamente perfecto para albergar un contenido vivo pasa por escoger materiales muy concretos. Gracias a una correcta elección, se favorece una estructuración idónea que permite sostener las importantes y pesadas cargas de fuerzas o presiones atmosféricas.
Es importante determinar el uso de materiales de gran flexibilidad para conseguir un mantenimiento y aislamiento eficaz. De esta manera, permite construir un proyecto arquitectónico que sea sostenible en todos los sentidos. Un ejemplo de ello es el empleo de acristalamiento acrílico en lugar de vidrio convencional.
De este modo en The Blue Planet se configura una enorme estructura de acero cubierta con más de 33.000 tejas de aluminio. Estas pequeñas piezas de 1,2mm de espesor, consiguen adaptarse a la morfología orgánica del propio edificio. Al mismo tiempo, provocan un onírico reflejo visual de gran belleza que juega con el propio clima de la ciudad. La estructura es completada por la disposición de muros de carga de hormigón armado realizados in situ.
Para la producción del Acuario Nacional de Dinamarca, el estudio 3XN Architecs contó con importantes colaboradores. Ofrecieran un marco seguro, sostenible y preciso. Indispensable para un proyecto de tal envergadura. De tal modo, la complicada geometría de la superficie y de la estructura de acero fue posible gracias al empleo del Software Tekla BIM. Mejoró la eficiencia en cada una de las fases de la construcción proyecto. Con el empleo de esta tecnología, la fabricación de las piezas de acero es más exhaustiva y precisa. Por lo tanto, evita errores y reajustes posteriores.
La importancia ecológica de los oceonarios
Además de ser un ejemplo de complejidad técnica, The Blue Planet se alza como un importante hito ecológico. Además, se encuentra ubicado en un lugar estratégico. El agua del mar que rodea al propio edificio,permite ahorrar energía en tanto que es ésta la que propicia una correcta y natural refrigeración. Con más de 20.000 peces y 7 millones de litros de agua, The Blue Planet utiliza un sistema de bombeo y filtración que hace posible que el agua del mar se filtre y recicle.
La construcción de oceonarios o acuarios tienen una gran importancia ecológica. A través de estos espacios se fomenta un aprendizaje sobre la vida marina y su conservación. Su razón de ser es comprender la importancia de cuidar y respetar el océano. Además, estos lugares se entienden desde un punto de vista científico. En este sentido, el estudio de especies en peligro de extinción y las diferentes investigaciones de las especies marinas, contribuyen a mantener la sostenibilidad del planeta.