¿Dónde están los límites entre el mundo real y el onírico o imaginario? ¿Dónde la frontera entre lo tangible y lo intangible, entre la verdad y el sueño?
La arquitectura inmersiva complica trazar esa línea y situarse a uno u otro lado de ella. Así como un buen ejemplo de cómo ambos mundos se funden y forman parte de un todo. El objetivo es mostrar una experiencia única a quienes los visitan. Sí, es el aeropuerto Jewel Changi de Singapur, una joya que une naturaleza y tecnología creada por el estudio Safdie Architects.
En una sociedad en la que los números y los récords son tan importantes, el aeropuerto Jewel Changi rompe esquemas. La razón es que la experiencia inmersiva es tan abrumadora, original e impactante que lo que menos importa son los metros cuadrados de terreno, porque la visita se mide en emociones y sorpresas.
Para Safdie Architects, tal y como lo han plasmado en el aeropuerto Jewel Changi, es una fusión perfecta de tecnología y naturaleza. Un espacio confortable que invita a disfrutar, sentirse relajado y transitar por él con seguridad y buen ánimo. Su diseño neofuturista aboga por regresar al pasado más ancestral, profundo y salvaje rodeado del fresco verdor de la vegetación. En un ambiente en el que las voces y el susurro de la actividad humana se funden con el sonido del agua al caer. Pero, al mismo tiempo, apuesta con fuerza por avanzar hacia un futuro. Uno cada vez más tecnológico e innovador al servicio de las personas.
El espacio futurista que envuelve al visitante y lo sumerge en un mundo propio.
Los más de 300 premios que desde su inauguración ha logrado el aeropuerto Jewel Changi, se quedan cortos comparados con los millones de experiencias, emociones y sensaciones que ha regalado a sus visitantes estos años. Durante 8 años consecutivos ha sido considerado el mejor aeropuerto del mundo en los World Airport Awards. Y ha ganado premios tan prestigiosos como el International Architecture Award y el Best Futura Shopping Centre de los MAPIC Awards.
Es una fusión perfecta de centro urbano, espacio tecnológico, selva asiática y jardín paradisíaco.
Sus diez alturas y 135.700 metros cuadrados albergan varias terminales, jardines temáticos, bosques y casi trescientas tiendas. Así como más de cien espacios de diseño para el descanso o pernoctación de los viajeros y restaurantes. Y también tienen espacios para el tránsito de las lanzaderas que unen las diferentes terminales.
Rectas y curvas en sus paredes blancas, paneles de cristal en sus balcones internos, escaleras mecánicas. Además de la estructura de acero y cristal que lo envuelven. De esta manera completan la sensación de movimiento y sosiego que transmite el espacio.
El bosque encantado y la cascada de récord: sostenibilidad y creatividad que forman un mundo propio
El espacio, cubierto con vegetación desde el suelo y elevándose a diferentes alturas, se conoce como el Valle del Bosque de Shiseido. Un bosque interior en el que adentrarse con la sensación de estar accediendo al interior de la jungla en el sudeste asiático. Sus terrazas causan la impresión al llegar a la cima, de poder contemplar las aguas del Mar de la China Meridional. O incluso de una populosa ciudad que aúna construcciones ancestrales y modernos edificios.
La creación de senderos empedrados permite vivir la experiencia de caminar por la naturaleza. Y presidiendo el lugar, captando la atención, maravillando al visitante, la impresionante cascada interior Rain Vortex. La más alta del mundo. Con una espectacular caída de agua circular en la que 38.000 litros de agua pluvial recuperada circulan cada minuto. Y lo hacen en una sobrecogedora bajada de 40 metros de altura.
Adentrarse en Canopy Park: una experiencia inmersiva única
La experiencia es aún más inmersiva en Canopy Park, un espacio por el que bucear y perderse en sus 14.000 metros cuadrados. Incluye atracciones integradas dentro de los diferentes espacios del jardín, incluyendo estructuras de red suspendidas a 25 metros del suelo.
La catenaria suspendida en un puente con fondo de vidrio es uno de los muchos elementos con los que el visitante se sorprende. Al transitar por el espacio, puede adentrarse con valentía en un laberinto de setos y un laberinto de espejos.
Instalaciones artísticas que animan el espacio y enriquecen la experiencia del visitante.
Las instalaciones artísticas permiten disfrutar de experiencias y contribuyen a la sensación inmersiva que el visitante tiene en este espacio. Entre ellas destaca Crystal Clouds una instalación de 16 coquetas nubes simuladas, creación de Andy Cao y Xavier Perrot. Se compone de unas nubes artificiales que reflejan patrones climáticos con secuencias de iluminación cambiantes.
Menos onírico y más terrenal es el safari artístico formado por obras de arte. Estos representan de forma naturalista y a tamaño natural a un gran número de animales creados por diferentes artistas. Es el lugar preferido de los niños para hacerse selfies. Siendo la composición de dos orangutanes sentados sobre un tronco, el punto más destacado.
Una futurista cúpula de cristal guarda y protege el aeropuerto Jewel Changi
Mantener el ambiente limpio, disfrutar de la luz natural que llega del exterior y percibir esa sensación de estar realmente en una jungla repleta de vegetación, cascadas, tiendas, restaurantes y diversión es posible gracias a la cúpula geométrica de cristal y acero que cubre las instalaciones y que esconde un eficaz sistema de ventilación por desplazamiento. Cada uno de sus más de 9.300 paneles de cristal tiene incorporado una cámara de aire de 16 milímetros que permite disfrutar en el interior sin percibir el ruido emitido por los aviones.
Desde el interior el patrón de la estructura de acero y cristal resulta moderno, futurista y acogedor, la regularidad de su diseño transmite sensación de seguridad y calma. El acristalado que protege de los elementos, deja pasar la luz exterior que hace a la vez de invernadero actualizado contribuyendo a la limpieza del ambiente a través de la pureza de la luz filtrada.
Desde el exterior se percibe como un impresionante pabellón innovador conectado por un imponente túnel acristalado en altura sostenido por columnas cuya estructura se asemeja al armazón de los árboles, que rodeado de carreteras y vegetación, provoca una sensación de espacio enigmático en una urbe ordenada y moderna.
El aeropuerto Jewel Changi es un espacio funcional, pero también es un lugar neofuturista fresco y envolvente en el que sentirse dentro de una jungla y de una urbe del S. XXI al mismo tiempo en el que arte, arquitectura, naturaleza, ingeniería y tecnología convergen y conviven para proporcionar una experiencia inmersiva única al visitante.