El progreso de la especie humana en cuanto a su hábitat espacial ha supuesto un reto de renovación y evolución constante en la creación y desarrollo de las cuidades. En la contemporaneidad en la que vivimos, el valor otorgado en arquitectura a un buen edificio es para aquel que consigue mimetizarse a la perfección con el espacio que le rodea. Un concepto que parte de la unión entre arquitectura y naturaleza como premisa. De esta manera, el valor de respetar la estética natural que rodea la cuidad tiene un único objetivo: el diálogo y el entendimiento del espacio como un elemento arquitectónico más.
Ilustración 1 Vista aérea del parque central de Nueva York con campos de golf y rascacielos que lo rodean – Foto Shutterstock.
El código secreto de la naturaleza, la clave para una arquitectura sostenible
La naturaleza es primordial en la cuidad. No solo por su cromatismo visual, sino también por su importancia y mejora en la calidad de vida. Además, en la regulación del clima, la calidad del aire, la conservación de especies, la educación ambiental, la economía y el turismo. Por ello, la presencia de áreas verdes como parques, jardines y bosques urbanos ayuda a mejorar el bienestar. Y, también, la sintonía de las personas promoviendo la conciencia, la sensibilidad y el compromiso con ese entorno natural y sus materiales. Este lenguaje se traduce en espacios públicos simbióticos. Espacios creados a partir de vida para la recreación, descanso y ejercicio físico. Espacios que conectan emocional y profundamente la cuidad con la salud de las personas que la habitan.
Ilustración 2 Parque High Line en Nueva York construido sobre las vías del tren elevado – Foto Shutterstock.
Asumir la relación de la arquitectura ambiente, deriva en que todo hecho construido debe ser parte integral del contexto. Y, además, ha de complementarse como un sistema o conjunto de interrelaciones.
El parque High Line, es un ejemplo de este sistema. Una línea de tren reconvertida en una zona abierta para los visitantes. Compuesta con más de 300 especies vegetales entre plantas, hierbas, arbustos y árboles que da vida al barrio de Manhattan en Nueva York. Un recorrido de casi cuatro kilómetros convertidos en uno de los refugios de armonización con la naturaleza en el centro de la ciudad.
Diseño biofílico y construcciones vivas en constante movimiento
El diseño biofílico se presenta como una línea a seguir por la humanidad para asegurarnos nuestra supervivencia y prometernos un futuro más sostenible. Como enfoque dentro del diseño aúna la búsqueda de integrar la naturaleza y sus elementos en el entorno construido. Se realiza, incorporando elementos naturales como la luz natural, la vegetación, el agua y los materiales naturales en la construcción y el diseño de espacios interiores y exteriores. A través de la creación de estrategias de diseño se promueve una conexión emocional y sensorial con la naturaleza como la creación de vistas al aire libre, la incorporación de texturas y el uso de patrones naturales.
Ilustración 3 Super Trees en Jardines de la bahía en Singapur – Foto Shutterstock.
‘Gardens by the Bay’
‘Gardens by the Bay’ de la mano de Grant Associates, es una creación singular que ha puesto de manifiesto en las construcciones modernas la importancia de la simbiosis entre ciudad y naturaleza. Está compuesto por una zona ajardinada de más de 101 hectáreas. En ella, la flora y la arquitectura son las principales protagonistas. Se convierte en uno de los proyectos de jardinería más grandes del mundo. Esta zona es una parte integral de la visión del proyecto ‘City in a Garden’ en Singapur, diseñado para aumentar el perfil de la ciudad a nivel global a través de una fusión arquitectónica y tecnológica. Está inspirada en orquídeas de 25 a 50 metros de altura que conforman una arquitectura vertical. Este proyecto marca un antes y un después en el desarrollo, transformación y sostenibilidad de las ciudades.
Ilustración 4 Estadio Nacional (también conocido como Nido de Pájaro), construido para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2008 en Beijing, China – Foto Shutterstock.
Actualmente con la ayuda de nuevas tecnologías es posible conseguir hacer realidad estructuras complejas gracias al uso de técnicas y materiales de construcción de vanguardia. El diálogo entre arquitectura y medio existe desde las construcciones más primigenias hasta las más contemporáneas. Con ellas, se busca, aplicando principios de sustentabilidad, recrear respuestas de adaptación al medio implementadas en el pasado, pero con el uso de nuevas tecnologías y respuestas formales.
Estadio Nacional de Beijing
El Estadio Nacional de Beijing en China es conocido popularmente como ‘nido de pájaro’, por su sublime diseño de metal debido a la maraña de piezas que lo componen y conforman su estructura arquitectónica. Fue diseñado por Herzog & de Meuron, en colaboración del artista Ai Weiwei. Consta de dos estructuras independientes, una interna de hormigón en forma de cuenco para las gradas, y la malla exterior de acero que lo rodea.
En definitiva, ejemplos de cómo la naturaleza es y seguirá siendo un valor inspiracional y referencial en el arte de la arquitectura. Un recorrido a través de edificios que cobran vida en diferentes materiales imitando lo más primario. Unas estructuras que se inundan de color a través de verdes. Una sinergia que genera inevitablemente un vínculo entre el ser humano y la misma, siendo este incapaz de separarse de sus raíces y su instinto más primario. Dos artes que se unen y conectan entre sí para generar un futuro más vivo, más sostenible y prometedor.
