Ramón Esteve es uno de los referentes actuales de la arquitectura en España con proyectos que abarcan desde importantes equipamientos públicos a viviendas minimalistas de lujo. Esteve, doctor en arquitectura y profesor universitario, ha recibido diversos reconocimientos nacionales e internacionales. Hablamos con él sobre su concepto de la arquitectura, la situación actual de esta disciplina y sus proyectos de futuro.
¿Ha evolucionado mucho a lo largo de su carrera profesional para usted el concepto sobre qué es la arquitectura? ¿Ha cambiado su visión sobre esta disciplina desde que arrancó y hasta el día de hoy?
Como es lógico, actualmente tengo una visión renovada sobre la arquitectura respecto a la que tenía cuando acabé la carrera; que a su vez es también diferente de la que tenía hace diez años. Creo que la visión contemporánea de la arquitectura como resultado de una evolución es muy interesante. Sin embargo, hay una continuidad dentro de mis planteamientos desde el origen y la idea a nivel conceptual no ha cambiado.
¿Cómo definiría el momento actual de la arquitectura?
Para hablar de esto, deberíamos definir el tiempo y el lugar; porque no está pasando lo mismo en todas partes. Si hablamos de Europa, y en concreto del entorno español, durante la época anterior a la crisis económica se generó una demanda importante de proyectos desde las administraciones públicas, que han contribuido a que la arquitectura española esté actualmente entre las mejores a nivel internacional. Gracias al enfoque racionalizador al que nos hemos tenido que enfrentar en los últimos tiempos, hemos ganado la habilidad de aportar un valor añadido a la arquitectura a través de sensaciones espaciales, independientemente del tamaño o el coste de los materiales. Se ha generado un entorno donde todo lo que tiene que ver con desarrollo urbano y promoción es anodino, y la arquitectura queda en segundo plano. Sin embargo, estas construcciones conviven con algunas excepciones: promociones privadas de alto valor añadido en las cuales la arquitectura contemporánea se está haciendo un hueco y juega un papel relevante. Actualmente la iniciativa privada a nivel residencial está empezando a contar con buenos arquitectos que hacen buenos proyectos, y esto no había sucedido hasta ahora.
¿Y hacia dónde cree que va la arquitectura? ¿De igual modo en todos los continentes?
Creo que, en general, se dirige hacia una mayor preocupación por la integración de los edificios con el entorno natural; en cuanto a la gestión de recursos y sostenibilidad. Se estudia mucho el impacto paisajístico, medioambiental, así como la utilización de recursos energéticos. A nivel estético y conceptual, están conviviendo muchas propuestas totalmente distintas. Creo que es la característica fundamental de la actualidad. No hay una tendencia que todo el mundo sigue, sino que están proliferando planteamientos independientes de autor. Ahora mismo, llama la atención que existe una línea muy fuerte de informalidad en los diseños arquitectónicos, convirtiendo lo casual en una tendencia. El estilo Povero convive con trabajos que cuentan con muchos recursos y que buscan la espectacularidad del resultado. Las nuevas potencias económicas, como EEUU y Asia, se están moviendo más por la línea de lo sorprendente y lo fascinante, si lo comparamos con la tendencia europea.
“Lugares donde apetece vivir”. En lema de su estudio… ¿Sienten que la arquitectura se ha despegado de quien debe habitar el espacio creado?
En muchos casos sí. Por eso, me gusta trabajar sobre un concepto global, porque creo que es el conjunto lo que logra que se generen sensaciones en el usuario. Me muevo siempre bajo unos parámetros acordes a mi estilo y mi filosofía, pero siempre intento materializarlos respondiendo a las necesidades de cada espacio.
Sus proyectos abarcan tanto viviendas como edificios públicos ¿Qué elemento trasversal propio quiere impregnar Ramón Esteve a dos clases tan diferentes de espacios?
Peter Zumthor dice que “proyectar es entender y ordenar”, y no puedo estar más de acuerdo con él. Cuando te enfrentas a un proyecto, lo primero que tienes que hacer es entender y profundizar. A mí siempre me ha ayudado mucho la metodología de Louis Khan, que va al origen de las cosas y se cuestiona todo lo que va a suceder partiendo del punto de vista de una casa y la forma de vivir de las personas. Después de este ejercicio, por supuesto, aparecen las formas; pero lo primero son las ideas. A lo largo de mi trayectoria, siempre me ha interesado moverme en diferentes escalas, desde el diseño de producto hasta edificios de gran envergadura. Ahora mismo, por ejemplo, estamos diseñando una colección de lámparas para una empresa de mobiliario al tiempo que trabajamos en el Master Plan de un complejo urbanístico en Emiratos Árabes; y me enfrento a ellos de la misma manera, lo que provoca que coja perspectiva y sea capaz de otorgarle a cada cosa la importancia que tiene. No es más fácil diseñar una buena silla que un buen edificio.
¿Qué edificio contemporáneo admira?
Por tener la capacidad de fundirse en una experiencia total que afecta a todos los sentidos, siempre me han fascinado las Termas de Vals de Peter Zumthor.
¿Qué arquitectos/as le marcaron en sus inicios y cuáles son hoy referente para usted?
De muy pequeño vi en un libro de mi padre la Casa de la Cascada, y recuerdo que me emocionó tanto que decidí que quería estudiar arquitectura para intentar hacer cosas tan maravillosas como esa algún día. A partir de ahí, siempre me he fijado en los grandes maestros de las vanguardias, así como en los coetáneos. Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, Louis Khan y también los nórdicos; por ejemplo Lewerent, o Jacobsen. También en algunos momentos Barragán, y todos los que están haciendo propuestas interesantes; desde las más radicales, como Rem Koolhaas, hasta las más clásicas y conservadoras, pero a su vez espectaculares, como pueden ser las de Peter Zumthor. Además, Herzog & de Meuron, Sanaa, y de Lacaton & Vassal; así como algunas cosas de Jean Nouvel. Añadiría la serenidad de David Chipperfield, que me resulta muy interesante y también muy seria.
¿Qué proyecto arquitectónico soñaría con poder llevar a cabo?
Siempre me ha atraído enlazar tres ideas en un mismo proyecto: la arquitectura como experiencia, la ciudad como entorno en el que se generan la complejidad de las relaciones humanas, y la construcción en vertical como reto que modifique la percepción de un paisaje. Estoy orgulloso de poder decir que se está haciendo realidad a través de un proyecto en el que estamos trabajando en Emiratos Árabes, que está suponiendo todo un reto para mi Estudio y del que todavía no puedo desvelar nada.
En su vertiente como docente ¿qué sensaciones le transmiten las nuevas generaciones de creadores y arquitectos? ¿Le ha sorprendido alguna propuesta de alumnos/as?
Lo que más me llama la atención de las nuevas generaciones es su interés por vivir experiencias en lugar de acumular posesiones, y eso se traduce también a los estudiantes de arquitectura. En los años como docente he visto cómo se ha ido consolidando este cambio de mentalidad en los alumnos que iban pasando por las aulas de proyectos, y creo que esto también afecta a su manera de enfrentarse a la arquitectura. Las nuevas generaciones buscan resolver proyectos pensando muy bien en qué están haciendo y por qué. El contacto con ellos es tremendamente enriquecedor.