Fantasía, imaginación, creatividad, emoción y letras. Las bibliotecas han sido a lo largo de los siglos una fuente de inspiración para arquitectos y diseñadores de todo el mundo. Estos edificios cumplen con su función de almacenar y difundir el conocimiento. Y, también, son impresionantes obras de arte que reflejan la cultura y la historia de cada lugar en el que se construyen. Su importancia como edificios culturales y su valor histórico y arquitectónico las convierte en espacios que fomentan el aprendizaje y la creatividad siendo de alto valor en la sociedad.
Las bibliotecas han evolucionado mucho desde su creación en la antigüedad. Pasando de ser simples depósitos de manuscritos a ser lugares donde la tecnología, la educación y la cultura se unen en un solo espacio. Hoy en día, las bibliotecas son una parte integral de la vida urbana y se han convertido en lugares de encuentro para la comunidad. Lugares, donde las personas pueden encontrar refugio, socializar, reflexionar, aprender y explorar.
Ilustración 1: Biblioteca Oodi, Helsinki, Finlandia- Foto Unsplash.
Historia y reconstrucción de la Biblioteca de Alejandría
Alejandría fue seleccionada por Alejandro Magno como la capital de su imperio en el año 331 antes de Cristo. Pronto se convirtió en la ciudad más poderosa e influyente en la religión, cuya única misión fue la de construir un imperio de conocimiento. La Biblioteca de Alejandría fue una antigua biblioteca y centro de investigación que en la historia antigua se convirtió en una de las bibliotecas más importantes del mundo antiguo.
Destruida en varias ocasiones a lo largo de la historia, donde se perdieron decenas de miles de libros. En 2002 se construyó una Biblioteca de Alejandría moderna en el mismo lugar donde se encontraba la biblioteca original.
Emanando un estilo intemporal y audaz, las tallas se hicieron en colaboración con los artistas Jorunn Sannes y Kristian Blystad. Emplearon métodos locales de corte de piedra para crear la fachada. Caracterizada por su forma circular e inclinada, el edificio se extiende a lo largo de 160 metros de diámetro y alcanza hasta 32 metros de altura, mientras que también se sumerge unos 12 metros en el suelo a través de sus 85.000 metros cuadrados.
Imagen 2: Exterior de la biblioteca de Alejandría, Egipto – Foto IStock
La arquitectura georgiana del Trinity College de Dublín
El Trinity College, situado en el corazón de Dublín, es la universidad más antigua de Irlanda con una larga y distinguida historia siendo uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura neoclásica de Irlanda. Fundada en 1592 por la reina Isabel, sus muros han albergado a ilustres estudiantes de la talla de Jonathan Swift, Bram Stoker, Oscar Wilde o Samuel Beckett.
La fachada principal de la biblioteca cuenta con una entrada monumental coronada por un frontón triangular dando paso a un patio rodeado por arcadas de piedra y decorado con esculturas y relieves. La biblioteca es famosa por su impresionante sala principal. Una sala conocida como la Long Room, diseñada por el arquitecto Thomas Burgh en el siglo XVIII. Además, es considerada un magnífico ejemplo de la arquitectura georgiana. La sala cuenta con una altura de 14 metros y una bóveda de cañón sostenida por columnas corintias desde donde se entrevén las estanterías de la sala adornadas con bustos de mármol de personajes históricos y literarios.
Ilustración 3: Imagen de las estanterías infinitas y los arcos que separan diferentes espacios en la biblioteca Trinity College de Dublín. – Foto Unsplash.
El modernismo de la Biblioteca de Stuttgart
Luz natural, amplitud, colores grises y geometría dictan el interior de una de las bibliotecas públicas más grandes del mundo. Inaugurada en 2011 y considerada una obra maestra de la arquitectura moderna fue diseñada por el arquitecto coreano Eun Young Yi.
El complejo se caracteriza por crear una atmósfera de vida en medio de diferentes formas de medios. Así, logra una calidad especial de atmósfera en todas y cada una de las zonas y niveles que lo conforman. El edificio cuenta con una fachada de vidrio y acero y una forma cúbica que le confiere una apariencia imponente y elegante. La fachada queda dividida en módulos que se asemejan a los estantes de una biblioteca. Combinado, de esta manera, con el diseño interior que acompaña al concepto sencillo, geométrico y bien estructurado de la apariencia exterior.
La entrada principal de la biblioteca se encuentra en la parte inferior del edificio. Conduce a un gran vestíbulo con techos altos que, junto a una escalera helicoidal, conduce a la planta superior. En este espacio se encuentran las salas de lectura y los estantes de libros.
La sala principal de lectura es una impresionante sala blanca y rectangular que cuenta con techos altos y grandes ventanales que ofrecen vistas a la ciudad. Las estanterías de libros se encuentran en la parte posterior de la sala. Los lectores pueden acceder a ellas a través de pasillos elevados que recorren las paredes laterales de la sala.
Ilustración 4: Vista de los pasillos elevados y escaleras que conectan las diferentes plantas de la biblioteca. – Foto Unsplash.
El neoclasicismo de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos
Construida en varios periodos, comenzando en 1897 y culminando en 1939, el edificio de la Biblioteca del Congreso se encuentra en tres edificios en Capitol Hill, Washington, y es considerado uno de los mejores ejemplos de la arquitectura neoclásica de los Estados Unidos.
La fachada principal de la biblioteca cuenta con una entrada monumental de columnas corintias y una gran escalinata que lleva a la entrada principal. Con un estilo renacentista italiano y construido principalmente en mármol blanco alberga más de 170 millones de objetos. Incluyendo libros, mapas, grabaciones y fotografías convirtiéndola en la biblioteca más grande del mundo.
El gran salón de lectura de la Biblioteca del Congreso es uno de los espacios más impresionantes. Está compuesto por techos altos, grandes ventanales y estantes de libros de varios pisos de altura, que se elevan desde el suelo hasta el techo.
En su interior, el edificio cuenta con varias salas de lectura adicionales. Cada una con su propio estilo arquitectónico. Como, por ejemplo, la Sala de Lectura del Senado, la Sala de Lectura de la Cámara de Representantes y la Sala de Lectura de la Ley. Así, presenta una mezcla de estilos arquitectónicos que reflejan su rica historia y evolución a lo largo del tiempo.
Ilustración 5: Biblioteca del Congreso, Washington DC, EE.UU. – Foto Istock.
