Estar presente es un acto humano que viene condicionado por la concepción que éste tiene de aquello que le rodea. El que habita, no transita si no existen conceptos definitorios para la acción. No se entiende el movimiento en carencia de tres elementos esenciales para conectar lo entendible con lo existente. El cuerpo, el tiempo y el espacio.
L’arrivéed’untrain à La Ciotat es el ejemplo del modo en el que las imágenes y los planos cinematográficos, conectan con el entendimiento del mundo de quien observa. Los hermanos Lumière vincularon su obra con la realidad de los espectadores, a través de una perspectiva. Esta cumplía con una concepción del espacio y del tiempo, sublime para aquel entonces.
Y dentro de cada uno de los planos cinematográficos o de esa profundidad de campo, la arquitectura ha funcionado en muchas ocasiones como el determinante de la idea de recorrido visual, de movimiento, o de ambiente. Grandes directores como Fritz Lang iniciaron sus estudios en el campo de la arquitectura. Esto establece el modo en el que tal disciplina genera un enfoque sólido en el plano. Crea, de esta manera, una sensación vinculada a las emociones que marca el propio argumento del film.
Fritz Lang planteaba una realidad urbana caótica para el 2026, con una ciudad estratificada donde se pueden reconocer distintos niveles de la sociedad, cada uno representado con una arquitectura determinada.
Se establece que el recorrido imaginario que experimenta el observador de una obra fílmica, es similar a la percepción del ser humano al transitar un edificio. En TheDecorativeSurfaces hacemos una relación entre estas disciplinas creativas a través de uno de los creadores cinematográficos contemporáneos. Estos posicionan la arquitectura y el interiorismo como elemento fílmico crucial. Hacen así de guía a la narrativa general de sus obras.
La energía espacial de Wes Anderson como inspiración en la India
El recorrido fílmico de Wes Anderson permite que, a través de su propia estética el espectador pueda sumergirse en la elevación y lo simbólico. Y es que del mismo modo que Lang, Anderson establece desde sus inicios una relación estrecha con la arquitectura.
En Gran Hotel Budapest, se aprecia el modo en el que la arquitectura y los planos que el director realiza, proporcionan la emoción de nostalgia y situación en la escena.
Es allí donde la arquitectura tiene un papel definitorio y constante que devuelve al espectador el trabajo realizado tras la lógica espacial del autor. De este modo, sus obras se sitúan en un único espacio. Durante el avance de sus ficciones se incluyen mapas, planos, alzados y secciones que permiten situar al ser humano en la línea argumental del film. A esto hay que añadir la relación que sus personajes establecen con el espacio. Se resuelve mediante movimientos interrumpidos que ayudan al espectador a recorrer o entender juntos, el mismo espacio.
Las simetrías y desequilibrios que Anderson emplea en sus planos a partir de las estructuras arquitectónicas, permiten generar un ritmo preciso que se acompaña de las emociones que generan sus argumentos.
Arquitectura fílmica
Las referencias de lo existente son propias de los creadores fílmicos. Sin embargo, es la expresión propia, y el modo en el que Anderson conecta la realidad con lo fantástico, lo que ayuda al ser humano a reconocerlo en cualquier ámbito. Así pues, su extrema simetría en plano y la gama cromática empleada, pueden ayudar a situarlo en cualquier escenario posible. Sirve de tal modo como referente de proyectos arquitectónicos posteriores.
Restaurante Sketch, Londres. Image via Reddituserleprocto
Esa identificación de la magia fílmica puede ser interpretada en The Pink Zebra. Se trata de un restaurante diseñado por Renesa Architecture Design Interiors Studio en la India. El espacio presenta una estética al más puro estilo de Anderson. En su interior, el juego de líneas permite crear una atmosfera que podría caminar entre lo fantástico y lo tangible. Es a través de los puntos sucedidos, mediante los cuales se consigue crear una perspectiva lúdica y mágica. Esto alimenta la imaginación de quien habita hacia la elevación y el término de la lógica del espacio.
The Pink Zebra, un restaurante diseñado por Renesa Architecture Design Interiors Studio en la India. Presenta una estética al más puro estilo de Anderson.
En el descubrimiento de la atmósfera Andersiana, los transeúntes se topan con la realidad a través de elementos tangibles con una estética cuidada, silenciosa al mismo tiempo que potente. Por tal motivo, aparecen proyectos arquitectónicos y de interiorismo que más cerca de lo funcional, podrían sucederse en una concreta magia estética propia del director.
Es el modo en el que Wes Anderson ocupa el puesto referente en el imaginario colectivo, lo que le proporciona el éxito de servir de inspiración para disciplinas como la arquitectura y el interiorismo.
