La versatilidad y la tradición son la simbiosis predominante en el material de construcción por excelencia: el ladrillo. Resulta interesante cómo un elemento tan común puede dar lugar a una experiencia sensorial mágica y sostenible.
En TheDecorativeSurfaces realizamos un repaso por la última edición de BrickAwards. Alentamos así a quienes deseen presentar sus proyectos para la siguiente edición. El plazo finaliza el próximo 11 de abril de 2021. Durante más de dos décadas, estos premios internacionales se celebran de forma bianual, organizados por la empresa de ladrillos Wienerberger. Brindan la oportunidad a arquitectos de todo el mundo de mostrar sus proyectos de ladrillos más creativos e innovadores.
En la edición del año 2020, se consiguió un inédito récord de participación con 644 proyectos de 55 países, presentados por 520 arquitectos. Aquellos que se presentaron, lo hicieron en diferentes categorías. Feeling at home, Living together, Working together, Sharing public spaces y Building outside the box.
Estos grandes premios enfocados a la arquitectura del ladrillo, suponen un desfile de proyectos innovadores y con vistas al futuro. Marca, además, un antes y un después en las tendencias anuales, así se aprecia la utilización de materiales cada vez más sostenibles y vinculados con la naturaleza.
Enfoque radical e histórico en el espacio público
El Gran Premio de la pasada edición fue para la Universidad de Silesia, Facultad de Radio y Televisión. Un proyecto realizado por un grupo de arquitectos: BAAS Arquitectura (España), Maleccy Biuro Projektowe (Polonia) y Grupa 5 Architekci. Este mismo proyecto venció en la categoría de Sharing Publics Spaces. Según los jurados del Brick Awards, muestra “un enfoque radical y eleva el tejido histórico existente de una calle de Katowice imbuida en la historia del carbón de Silesia”.
Desde el inicio, el proyecto creó una enorme expectación tanto histórica como arquitectónicamente. Katowice es una ciudad oscura. Durante el siglo XIX fue reducida a cenizas debido a las luchas entre nazis y soviéticos, y este nuevo edificio ha llenado de magia el centro de la ciudad. Los ladrillos con los que está realizado el edificio son del mismo material que la casa sobreviviente del siglo XIX. Esto garantiza la estructura consistente del mismo.
Prosiguiendo en el entorno educativo, una biblioteca infantil resultó vencedora de la categoría “Building outside the box”. Su diseño original y su procedimiento poco convencional de utilizar los ladrillos, propiciaron que la Biblioteca Maya Somaiya de Sameep Pandora & Associates (India) fuese la ganadora del premio a la categoría de innovación. El techo de la biblioteca, realizado y moldeado por tres capas de tejas de ladrillo poco profundas (32 milímetros), es similar a un paisaje flotante, como si creciese del suelo. Mantenidos en compresión, estos forman bóvedas livianas que evidencian que se pueden realizar auténticas maravillas con materiales simples y de origen local.
Sus asombrosas curvas se han diseñado gracias a un proceso de modelado informático 3D suizo. Lo ha adaptado el Tile ArchSystem patentado por Rafael Guastavino en España y Estados Unidos.
Tradición y naturaleza geométrica para sentir el hogar
Los vencedores de la categoría Feeling at Home fueron Mauricio Roche y Gabriela Carrillo, de Iturbide Studio. Su proyecto crea una conexión con los elementos de la calle y el diseño delicado de la cubierta, suspendida entre los patios ubicados en los extremos. En una parcela de 7×14 metros, han creado una torre de ladrillos de tres pisos y de 28 metros cuadrados.
Todas las paredes están concebidas a partir de ladrillos hechos a mano de color marrón rojizo. La doble hilera de ladrillos planos y largos, junto con una serie de ladrillos de pie dos veces más gruesos, crean la perfecta asimetría. Asimismo, la mampostería calada genera un juego de luces con las diferentes posiciones del sol. Origina de este modo un constante contacto con la naturaleza.
Dentro de esta misma categoría, Feeling At Home, el estudio español de TEd’A Arquitectes, obtuvo el Premio Especial con su proyecto Can Jaime en Isabelle. Esta formidable casa de vacaciones en Mallorca de estilo mediterráneo, utiliza el ladrillo para crear un entorno habitable. Genera así un clima en el interior del hogar idóneo para las temperaturas de la localización de la casa.
Este proyecto conquista a todos los visitantes por su característica geometría. Se integra a la perfección con el paisaje y se genera una gran variedad de espacios, caminos, estancias exteriores o interiores. Todos los materiales se coordinan de forma magistral para que todos los espacios provoquen sensación de libertad. Los ladrillos, blancos en el interior y rojizos en el exterior, crean un ambiente de artesanía muy singular.
Realismo y precisión a través del relieve
En la categoría Working Together o Living Together, el jurado seleccionó City Archive de la Ciudad de Delft. Es un proyecto de Office Winhov (Países Bajos) y Gottlieb Paludan Architects (Dinamarca). La peculiar forma del relieve de la fachada hecha de ladrillos nos remite de forma precisa a las estanterías del interior de un archivo. Las esbeltas losas hechas de piezas prefabricadas de hormigón forman las «estanterías». De ahí sobresalen pilastras de ladrillo, que recuerdan a los lomos de un libro. Según el jurado, el concepto del proyecto era extraordinariamente realista y preciso.
City Archieve se divide en dos piezas. Por un lado, un zócalo en forma de L donde se encuentran las salas de estudio, la cafetería y las oficinas. Arriba, un edificio en forma de cubo.
Por último, el premio para la categoría Living Together, fue concedido a uno de los proyectos más sostenibles, creado como una vivienda de bajo coste. Los ganadores fueron el Equipo de Taller de MIT (EEUU) en Ruanda. Se trata del proyecto Prototype Village House, un prototipo de casa de pueblo de las áreas rurales del país.
La forma alargada de la vivienda se imbrica a la perfección con el terreno montañoso donde está ubicada. Es perfecto para su construcción, ya que no es necesario excavar profundamente. En el interior de 68 m2, existe un sistema de recolección de agua de lluvia. Es un procedimiento absolutamente necesario para mejorar la calidad de vida de los habitantes de este pueblo.
Las paredes de la casa se construyeron a partir de fibra de paja comprimida, combinada con postes de hormigón de 10×10 centímetros de espesor. A diferencia de la mayoría de las casas de las aldeas de Ruanda, ésta no fue revestida con ladrillos secados al sol, sino con ladrillos rojos de mayor duración.
Los 6 ganadores formarán parte del libro Brick 20. Lo harán junto con otros proyectos seleccionados que han sabido reflejar y fortalecer el uso de un material de construcción convencional como es el ladrillo, a través diseños con aspectos estéticos y, sobre todo, funcionales.